
Es tan difícil muchas veces continuar el día a día, las presiones laborales, las demandas de atención exclusiva que muchas veces te exige cada hijo como si fuera el único, las demandas de atención de tu pareja, tus amigos que se molestan contigo porque no tenés suficiente tiempo como antes, por lo menos para salir a tomar un café y conversar. Como si fuera poco las quejas de tus padres que dicen que procures visitarlos mas a menudo, ya que ellos también precisan de ti ,te sientas a pensar un rato y te das cuenta que hace semanas no has tenido una conversación seria y profunda con tus hermanos menores, la abuelita que te dice que hace tiempo ni rie mas porque solo lo hace cuando tu te vas a visitarla, te miras al espejo y te das cuenta que necesitas urgente irte a la pelu y la lista puede seguir indefinidamente.....
Que nos queda después de analizar todo esto? una profunda sensación de culpabilidad, de que no estamos cumpliendo con todo lo que deberíamos o lo que se espera de nosotros.
Amo profundamente a mis padres, agradezco infinitamente a Dios por tenerlos con vida y sanos, soy la hija mayor y una de las mas mimadas, me encantaría poder ir a visitarlos todos los días, pero no puedo, a veces no siquiera lo logro una vez a la semana, pero eso no quiere decir que los ame menos.
Siempre trate de criar a mis hijos con una gran autoestima, trato de hacerlos sentir seguros del amor de mamá, cualquier cosa o cualquier persona les puede fallar en el mundo que les rodea, de lo único que tienen que estar seguros es que mama siempre los va amar pase lo que pase y hagan lo que hagan, por eso no tienen que sentir ningún temor para hablar de lo que sea. Ellos han tomado mis palabras de una forma bastante literal siempre están ansiosos y apurados para hablar conmigo y contarme todo lo que les pasa a diario, no me estoy quejando, estoy feliz por haber logrado esa comunicación con ellos, hemos resuelto varios problemas de comportamiento de ese modo, el problema es que a veces me siento saturada y ya no puedo prestarles la debida atención a "sus problemas" y eso también me hace sentir mal.
Se que ser madre es una profesión de tiempo completo, pero como decirles que estoy en una reunión muy importante en mi trabajo, cuando ellos me llaman porque tienen algo urgente que contarme, no crean he tenido que posponer varias veces estas conversaciones urgentes para cuando llegue a casa, pero luego de venida en el colectivo de vuelta a casa pienso: y si les pasa algo en mi ausencia y ya no los encuentre cuando llegue?....y lloro una vez mas.
Dios... las madres somos como heridas siempre abiertas sangrando a cada momento, por cualquier motivo y mas aun cuando se trata de nuestros hijos.
Hoy en día es muy difícil tratar de equilibrar la vida de madre, con la vida de mujer profesional activa.
Tengo la mala costumbre de ser una adicta al trabajo, me gusta trabajar y me gusta lo que hago, siempre estoy en busca de nuevos proyectos, pensando en que puedo hacer para ayudar a mi comunidad y a mi familia, pero la mayoría de las veces las tengo que dejar de lado por darle prioridad a mi proyecto mas importante: mi familia.
No es fácil para mi, es mas me siento fracasada, por no poder desarrollar todos los talentos que Dios me ha dado, siempre estoy en la disyuntiva o me desarrollo profesionalmente como yo quisiera o me dedico a mi familia a tiempo completo, que también es lo que quisiera.
Se que tengo que procurar encontrar un equilibrio, ambas cosas me hacen feliz. Solo que me gustaría encontrar la formula perfecta, por lo pronto me pongo en manos de Dios, pero como escuche un dicho hace poco: rezando, pero caminando.