21/2/09

Primero nosotros!

No recuerdo mucho del tema de la clase, pero lo que si recuerdo con mucha frecuencia es la dinámica que se realizo en ella. Para empezar, nos sentamos todos en círculo, y entre bromas, nos pidieron a ella y a mí que nos sentáramos juntos.

La persona que daba la clase dijo entonces ‘Supongamos que René y Esperanza se acaban de casar’. Ambos nos miramos con los ojos muy abiertos y tragamos saliva. La instructora continúa sin prestar mucha atención a nuestro desconcierto: ‘Ellos han construido su hogar, establecido sus normas, y comienzan a ser muy felices. Con el tiempo viene el primer hijo’. Llamaron a uno de los jóvenes y le pidieron que se sentara entre nosotros. ‘Esperanza y René le dan la bienvenida a su hogar y le tratan con mucha ternura y cariño. Pero, como suelen ser las cosas, tienen entonces a otro hijo’. Pidieron a otro de los jóvenes que se sentara al lado de su ‘hermano’, entre nosotros. ‘La familia va creciendo, y tienen buenas normas. Los chicos se tratan con mucho cariño y los papás vigilan que no haya riñas entre ellos. Son muy buenos padres y literalmente dedican su vida a ellos’.

Esperanza y yo nos vimos en esa ocasión muy productivos, porque tuvimos unos tres o cuatro hijos más. En cada ocasión pidieron a alguno de los jóvenes o jovencitas que se sentaran en medio de nosotros para darles la bienvenida. ‘El tiempo pasa’, continúa la instructora, ‘ y llega el día en que los hijos hacen su propia vida. Primero, Julio se casa y forma su propio hogar. ‘Dejara el hombre a su padre y a su madre’. Vamos, déjalos, Julio, ahí deja tu silla’. Julio, nuestro primer ‘hijo’, se levanta y ocupa su nuevo lugar.’ También Martita y Linda encuentran buenos partidos y se casan’. Las chicas se levantaron y dejaron su lugar. Así cada uno de nuestros hijos se fue ‘casando’ y dejando sus sillas vacías.

Cuando todos hubieron terminado de irse, la instructora hizo una pausa y luego dijo: ‘Ahora miren la distancia que existe entre ellos’. Y callé nuevamente. Efectivamente, había entre nosotros una distancia enorme de sillas vacías. A mi me pareció kilométrica. Me hice muchas preguntas entonces. ¿Que pudo haber causado ese hueco enorme? Como si leyera mi mente, la instructora respondió entonces algunas de las preguntas que me hacía. ‘René y Esperanza han cometido un gran error, porque han permitido que sus hijos se interpongan entre ellos; y ahora que están de nuevo solos, si acaso, tendrán que empezar desde el principio’. ¿Que habíamos hecho mal?¿Acaso no nos habíamos dedicado con fervor a nuestros hijos?¿O era ese el centro mismo de la construcción de una familia? La instructora nos explicó el error de darlo todo por nuestros hijos. Explicó Que la base del fundamento del hogar no son los hijos, sino la pareja y que esta debe permanecer unida contra viento y marea. De hecho, el mejor regalo que se puede dar a nuestros hijos es el hecho de saber que sus padres se aman y que permanecen unidos y ellos aprenden a amar en función de cómo aprenden que se aman sus padres. Si los padres no salen juntos, no se siguen cortejando con frecuencia, no se hablan con ‘tiernos acentos’ y no se comunican entre ellos de manera frecuente y especial, es escasa la probabilidad de tener hijos espiritual y emocionalmente estables y, cuando ellos partan de casa, nos encontraremos incomunicados y encontraremos a nuestra pareja a una enorme distancia, sin saber del todo como recuperar lo que nuestro propio descuido ha dejado que se pierda con los años. Y no es egoísmo; por el contrario, es un seguro de vida para ellos y para nosotros mismos; para garantizar la vida eterna. Primero la pareja. Son los hijos los que deberán acomodarse. La vida familiar tendrá que girar no en torno a ellos, sino en torno de los padres. Los padres deben recordar que una relación de verdadero amor con su pareja es el mejor regalo que puede darles, y su principal prioridad, y su mayor herencia, y la forma de enseñarles a sus hijos a amar y de garantizar así su verdadera felicidad, temporal y eterna. Ellos se escogieron primero, ellos dan la bienvenida como invitados a los hijos. Estoy aplicando esto con mi novia actual. Mi única novia, gloriosa, infinita y eterna. Mis hijos saben que tendrán una plática conmigo si faltan el respeto a su madre. Y mi esposa, mi novia, les recuerda que necesitamos espacios para platicar y estar juntos en ocasiones. Encuentro que es mas fácil darlo todo por los hijos de esta forma, si uno sabe que el amor por la pareja está creciendo. Es la fuente de donde uno puede extraer todas las fuerzas.

LOS FRUTOS NO SE ALIMENTAN, SE ALIMENTA EL ARBOL. UN ARBOL FUERTE Y SANO DA FRUTOS BUENOS


René G.

11 comentarios:

tia elsa dijo...

Muy interesante tu post, me toca muy de cerca porque mis hijos mayores se han ido, y ahora sólo queda el más chiquito, que oh! causalidad, por 4 día no va a estar porque se fue con los hermanos a la costa. Y digo causalidad porque justo leo tu post, y me siento muy identificada. Besos tía Elsa.

SILVIA dijo...

Que enseñanza, so bre todo para mi que me cuesta tanto despegarme por momentos de mi chiquita y vivir mas la pareja, no es que no lo haga, si tenemos y buscamos algunos momentos, pero siempre estamos delegando cosas por ella, no me quejo, es mi vida, pero si se y acepto que quizas deberia hacerle mas caso a estas palabras, de tu maravilloso post
Te dejo un besito grande, y gracias por esto¡¡

Classina P. dijo...

es realmente cierto desire, a veces creemos que debemos dar todo por ellos y nos olvidamos de alimentar la pareja, creo que no es fácil encontrar el equilibrio, pero el autor de este texto tiene muchísima razón con lo que transmite, me gustó mucho!!!! gracias por compartirlo!!!

Mariela Torres dijo...

Me encantó tu post. ¡Tantas parejas fracasan por no saberlo!

Besos.

Z&Z design - ChZ y Mariespe dijo...

Oh si, pues me parece que tienes mucha razón. Yo ando de novia aún, sin hijos y tengo una deseo maternal muy muy fuerte pero siempre recordaré lo que dices para no desvirtuar las cosas. Un beso!
Mariespe

Xochitl dijo...

Desiré que lindo lo que publciaste, que sabio y que cierto. Eso lo aplico mucho ahora con mi esposo, se que la base de la familia está en que los padres sepamos tener nuestro espacio y muestro momento, obvio hay ocasiones que uno deja de lado eso pero debemos volver a trabajar para volver a acortar la distancia.
Un abrazo y gracias por el mensaje.

Vane dijo...

me gusto leerlo, pero todabia me da miedo pensar en cuando nos quedemos solos... aun son chiquitos los chicos...besos

Clara dijo...

¡Qué tema! Es cierto, la mayoría de los matrimonios se concentra en los hijos y se olvidan de fortalecer la relación de pareja. Yo no tengo hijos... ¡no tengo excusas!, jaja.

Anónimo dijo...

Hola amiga, muy buen post, de verdad que la relación de pareja debe manejarse muy bien, son tantas cosas que debe manejar, está en cada quien dar su aporte para seguir adelante. Besitos!! pd:pasa por mi casita, tienes un regalo.

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
MARAGENA dijo...

Gracias! Acabo de recibir una muy buena lección de vida.
Voy a imprimir este texto para releerlo cuando haga falta (muchas veces por día).
Besos

El agua es el simbolo del poder de la mujer, el poder al que ningún hombre, por iluminado o perfecto que sea, puede aspirar.